GDL Diario – No. 4: El Día de los Muertos en el Panteón de Belén

El Día de los Muertos en el Panteón de Belén

Hoy fuí al Museo del Panteón de Belén, o, como dijo el guia, el Panteón de Santa Paula, ya que el nombre del cementerio en sí mismo había sido Santa Paula, y Belén es simplemente el nombre de la calle afuera. Hice una visita guiada, la cual es la única manera de visitar ese lugar sagrado –no se permite vagar a solas por las tumbas. En nuestro recorrido había quizás 20 personas, la mayoría en grupos familiares: madre, padre e hijos. Los hijos, a propósito, se comportaron muy bien. Yo era el único extranjero, o al menos el único obvio.

Dada que su audiencia era sus compatriotas, el guía hablaba muy rápido pero con la claridad, enunciación, y volumen constante que parecen ser muy comunes en Guadalajara, y yo podía comprender casi todo lo importante y mucha de la información adicional. Aprendimos de la pareja Johnston, de Escocia, quienes fueron amados tanto por los pobres –él pudiera haber sido un médico, no estoy seguro– que todavía hay regalos afuera de sus tumbas, más de cien años después de su muerte.

Vimos las escaleras de la capilla, decoradas para el Día de los Muertos:

A los niños les encanta la leyenda del árbol del vampiro. Yo no puse mucha atención a la leyenda, porque era muy larga, y entrelazada con mucha publicidad para las visitas guiadas en la noche, las cuales –según nuestro guía– tienen mucho más que ver con los fantasmas y con otras cosas tétricas, y yo, mientras tanto, estaba estudiando la tumba desvencijada a lado del árbol y el equilibrio delicado de su cruz.

Entendí que el árbol había crecido atravesando la tumba de un hombre malo, como una estaca por el corazón de un vampiro. Más tarde, mi maestra diría la leyenda canónica, sin publicidad: hace dos siglos, más o menos, un extranjero rico se había trasladó a Guadalajara. Después de su llegada, animales desangrados empezaron a descubrirse en las calles. Y siguieron, niños muertos sin una gota de sangre. Se declaró un toque de queda, y unos tapatíos, buenos ciudadanos hartos de la situación, se echaron a patrullar las calles por la noche en grupos armados. Hallaron al extranjero rico en una calle demasiado tarde, lo capturaron, y lo tomaron al Panteón Belén. Allí lo mataron, con una estaca de madera en su corazón, y lo enterraron, debajo de muchas piedras pesadas, para prevenir su nefasta resurrección. Luego un árbol creció muy grande con una forma muy rara arriba de este lugar. La leyenda dice que el árbol brotó de la estaca en la corazón del vampiro, y que su madera sangra con la sangre de sus víctimas. Por eso, ahora hay un cancel para proteger el árbol de los cuchillos de los turistas. Mi versión era más corta, y omitía la gente justiciera, atribuía el árbol no a su venganza sino al juicio de la naturaleza. La larga versión, sin duda, es más divertida para los niños.

Vimos la tumba de un niño muy temeroso de la oscuridad que murió de miedo durante una tormenta, y así que necesitó una tumba arriba de la tierra.

Y algunos de los niños dejaron juguetes y dulces en un carretilla por el niño:

Al final, el guía (quien fue, en verdad, muy bueno, especialmente en la manera en que él mantuviera el interés de los niños y los adultos al mismo tiempo) nos dio un largo discurso sobre su puesto y como tanto le encantaba –no, !lo amaba! su trabajo, y luego mencionó su disposición a recibir propinas, si nosotros estuviéramos dispuestos a darlas.

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