Pensamientos antes de asistir la corrida de toros

Ayer, fui a la Plaza de Toros Cañaveralejo y compré un boleto para la Corrida Goyesca, la cual voy a asistir esta tarde. Es parte de Feria Taurina de Cali, una feria más o menos simultánea con, pero separado de, la gran Feria de Cali, que tiene que ver más con la música. Aquí están unos de mis pensamientos antes de asistir:

La corrida de toros: un rito pagano, masculino, conservador.

El toro: un símbolo y una manifestación del poder y masculinidad.

La corrida: una celebración, en una manera ritualista, definida, ortodoxa y tradicional, del sometimiento de este símbolo vivo a la voluntad del hombre. A la bravura de un hombre en especial: el matador. Y a los caprichos y entretenimiento de la gente. 

Una mezcla de civilización y brutalidad. El sincretismo de la iglesia católica con una tradición más antigua y de muchas maneras el opuesto de cristiandad: la veneración del poder.

El toro, a diferencia del hombre, no es depredador, no es carnívoro: es herbívoro, un herbívoro gigante, bravo y peligroso, pero todavía un vegano, con dos estómagos para digerir mejor las plantas. 

El toro, es decir, no es cazador. No es el rival del hombre en la matanza de otros animales. Al final, es la propiedad de un hombre rico. Es chattel.

Porque el toro es domesticado, con rasgos preservados de su herencia salvaje. En la domesticación de las reses, la parte más difícil habrá sido la amansada de toro, este varón con el peso de tres hombres y la bravura de cinco.  La corrida de toros, entonces, es la reconstrucción del proceso de desbravar los toros.

El rito de la corrida empiece con un reconocimiento del hecho crucial: requiere muchos hombres para apaciguar un toro.


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Category: En español | Cali